Nos fuimos a Venezuela

 

Mi hermano José se encontraba trabajando en un banco de Bruselas en un empleo no muy bueno. En esta época mi primo Frans (papá de Irene, Andrés y León) estaba con su hermano León en un proyecto de Riego por cuenta del Ministerio de Obras Públicas de Venezuela en Carora, Estado Lara, y nos escribió que José podría fácilmente trabajar en Venezuela si sabía topografía.

Por eso decidimos que José dejaría su trabajo en el Banco y se pusiera a estudiar topografía para después salir conmigo a Venezuela. Yo no tenía que estudiar topografía porque había seguido ese curso en la Universidad. Al año José ya sabía suficiente topografía y consiguió el diploma de Geometro que en realidad nunca tuvo necesidad de enseñarlo. Mientras tanto por mi parte yo había estado estudiando español mientras fabricaba alcohol. Mi hermana Godelieve ya tenía una casa nueva y estaba por mudarse. De Venezuela nos avisaron que no debíamos esperar mucho para viajar, porque en el trópico los cambios son inesperados y así José y yo emprendimos el viaje a Venezuela en Noviembre de 1948.


El nexo Belgica - Venezuela


El nexo con Venezuela  lo constituyeron mis dos primos hermanos Frans y Leon  Amelinckx , hijos únicos de Cirilo Amelinckx, hermano de mi papá.

Leon Amelinckx
 
Leon era el menor de los dos hermanos pero ha sido el primero en salir de Bélgica. El había estudiado ingeniería de minas en Bélgica y al terminar sus estudios se casó con un poco de disgusto de su familia, luego se separó de ella  y sus padres decidieron que era mejor que se fuera a América.


Cuando León estaba en Nicaragua (creo) en Bélgica nació su hijo: Frans, los abuelos se encargaron del nene, quien luego estudió en Lille (Francia). También se encargaron del divorcio de León que se consiguió varios años después.  Mientras tanto Leon había sido becado por el viejo Anastasio Somoza , dictador de Nicaragua, para estudiar un post grado de Geofísica en la Escuela de Minas de Colorado en Denver.  Al terminar allá se dirigió en barco a Venezuela, para ir a encontrarse ahí con su amigo holandés Tervoren. El barco sin embargo quedó a la deriva en pleno océano por falla del motor . Finalmente fueron localizados y remolcados a puerto, con todo eso ya no encontró a su amigo en Venezuela, y como ingeniero de minas encontró trabajo en una minita de oro en Tumeremo , Guayana venezolana.  El tuvo muchas enfermedades, debido a su vida de aventurero en zonas de selva virgen. Tuvo varias veces paludismo, disenterías y hasta un principio de beriberi. En una de esas enfermedades estuvo tan mal que necesitó transfusión de sangre y una muchacha venezolana le dio su sangre se llamaba Isabel Michelena, posteriormente Leon se casó con ella, Isabel tenía un hijo de un anterior matrimonio, yo lo conocí después en Caracas.

De Leon conocí muchas aventuras incluso que una vez tuvo que matar a un ladrón en defensa propia, ya que este le disparó primero y al contestar Leon lamentablemente su disparo fue fulminante.


De él se contaban muchas aventuras y yo lo conocí muy bien porque trabajé con él en Caracas por algún tiempo, tenía mi estatura de cabello rubio aunque medio calvo y ojos azules, de carácter muy latino y simpático. Su esposa Isabel no era tan simpática pero tenía buen corazón y educaba en su casa a cuantos hijos e hijas tuvieran sus familiares necesitados en el interior , ella falleció en los años 60, creo.


Durante la segunda guerra mundial, Leon fue movilizado por el cónsul de Bélgica en Venezuela, para incorporarse al ejército aliado en Inglaterra, lo que no le gustó nada a Leon y se rehusó por lo tanto fue declarado desertor por el cónsul quien trató por todos los medios de provocarle dificultades. Por ejemplo, durante la guerra Leon se encontraba trabajando  en una empresa americana y estaba encargado de establecer varios aereopuertos simples sin pavimento en la Guayana Venezolana, para permitir a los aviones aliados atacar a los submarinos alemanes. Como buen conocedor de la guayana logró efectuar un buen trabajo, y una vez de paso por Caracas supo que el cónsul belga meses atrás había mandado una carta a los jefes de la empresa declarando que León era un desertor, elemento nazi y posiblemente espía entonces él le preguntó a su jefe que pensaba de la carta y el jefe le respondió: “muy divertida”.

León mientras tanto se nacionalizó  venezolano y en calidad de venezolano fue a pedir visa al cónsul belga, no tenía intención de viajar y lo hacía sólo por fastidiar y desde luego que lo logró.

Después de la muerte de su segunda esposa Isabel, regresó a la Guayana y fue profesor de Geofísica en la Escuela Nacional de Minas de Ciudad Bolívar. En los años siguientes se casó por tercera vez con una viuda y tuvo una hijita a la que conocí por foto.  En esa época pasó también por Venezuela su hijo Frans ,que había sido educado en Francia iba de paso a USA me contaron que luego se casó con una norteamericana.


Cuando José y yo llegamos a Venezuela en 1948 León tenía una casa en San Bernardino. Mas adelante vendió esa casa y construyó varias casas en Mariperez, Caracas y se quedó con una de esas casas par sí.


Esa casa naturalmente siempre estaba llena de familiares cercanos y lejanos de Isabel, después de la muerte de ella León trató de que le desocuparan la casa porque no le pagaban alquiler ninguno y luego cuando él se volvió a casar  se opusieron férreamente a dejar la casa hasta que León enfermó y luego murió parece que su viuda trató de recuperar la casa para su hijita con la ayuda de los hijos de Frans. Supe que la tercera esposa de León fue muy buena y lo cuidó hasta el final que ocurrió por lo años 70.


Conocí a varios amigos de León bastante pintorescos. Uno de ellos era un austriaco-norteamericano medio pirata y contrabandista que había hecho dinero recolectando víveres enlatados etc., a lo largo de la playa en Isla Margarita, donde tenía una  mina de magnetita que no le rendía nada sino hierro viejo (rieles usadas). Los víveres enlatados y otros provenían de barcos mercantiles aliados, hundidos por los submarinos alemanes en su viaje entre Brasil y USA, durante la segunda guerra mundial.


Otro amigo de León era un francés de origen corso , este hombre durante su servicio militar en Francia había dado muerte a su sargento que siempre lo insultaba y el  en un arranque de furia le disparó en presencia de toda la tropa. Resultado: condenado a trabajos forzados por toda la vida en la Isla del Diablo en Cayenne , Guayana Francesa. De ahí se escapó con la ayuda de unos paisanos paso a la Guayana Holandesa de ahí a la Guayana Inglesa y finalmente a la Guayana Venezolana, donde encontró trabajo como herrero para afilar barrenos en la empresa que trabajaba León. Años después en Caracas León le ayudó a comprar un carro para que trabajara como taxista, en tal época lo conocí y me pareció buena gente.
   

Frans Amelinckx


Era el hermano de León, hijo de mi tío Cirilo y  padre de León, Andrés e Irene Amelinckx.

Estudió en Bélgica y después de graduarse también viajó a América, para encontrarse con su hermano León.  Según me contó Frans el trabajó en Panamá en una empresa bananera transnacional, en el estudio de conversión de pantanos en tierras agrícolas para plátanos por drenajes adecuados. Había mucho paludismo en dicha zona, y éste se combatía con dosis masiva de quinina lo que le afectó un poco el oído. Más adelante pasó a Nicaragua donde también conoció  a Anastasio Zomoza y fue director en mantenimiento de carreteras y caminos, tenía una bonita casa en Managua pero un día ocurrió un fuerte terremoto que ocasionó miles de muertos y destrozó gran parte de la ciudad y naturalmente también su casa felizmente a él no le pasó nada porque estaba en un patio de mecánica haciendo revisar su carro.  Al poco rato se vio obligado a salir de Nicaragua porque el país estaba en ruinas y en bancarrota. Pasó a Colombia donde trabajo como profesor en la Escuela Nacional de Minas (creo).


Mas adelante se fue de América a Angola, Africa contratado por una empresa inglesa de diamantes y trabajó en esta mina unos tres años. De ahí se fue a Bélgica con la idea de cumplir con su deber de efectuar 14 días de ejercicios militares por cada año, como oficial de reserva. Y como había estado fuera del país durante 10 años  le tocaron 140 días de ejercicios . Durante este lapso Bélgica fue agredida por las tropas alemanas y Frans se encontró rápidamente en las líneas de defensa del ejército belga. Fue herido por una bala de ametralladora en una pierna con orificios de entrada y salida felizmente sin complicaciones y pasó el resto de la campaña en el hospital. Se curó y mas adelante conoció y se casó con Raquel Cristianes. Entró como socio en el negocio de los padres de Raquel que tenían una fábrica de tejidos de punto, en Holanda, cerca de la frontera. Al liberarse Bélgica de las tropas alemanas, Frans también tuvo dificultades por haber sido miembro de una organización cultural Flamenco-Alemana, y por eso le negaban el salvoconducto para pasar diariamente a la fábrica en Holanda y tuvo que retirarse del negocio.

En tanto lo estaba llamando desde Venezuela su hermano León, quien estaba como director en un proyecto de irrigación por cuenta del Ministerio de Obras Públicas en Carora. Al poco rato Frans y su familia estaban en Venezuela y desde ahí nos escribió a mi hermano y a mí avisándonos que era fácil encontrar trabajo y así fue.


Frans era de mi estatura de ojos oscuros, y cabello negro, con un carácter quieto, bien educado. En realidad tenía bastante similitud con mi papá y mi hermano Frans, físicamente se parecía a su papá y su hermano León a su mamá sin embargo de carácter León se parecía a su papá que era bien bromista.


He conocido a Frans muy de cerca porque estuve alojado unos meses en su casa cuando trabajaba para una empresa francesa en Caracas ya que el trabajo en Carora se había terminado. En tal momento León se dedicó a construir casas por su cuenta en Caracas, Frans seguía en el ministerio con base en Caracas y todas las noches conversábamos el tomando cerveza y yo gin con ginger.  A Frans lo estimaban mucho en su trabajo y él propuso la primera idea del dique de Guaricó que posteriormente fue materializado pero por razones políticas no le confirieron el honor de la “paternidad” del dique, pero más adelante le pusieron su nombre a la represa de Cumaripe en el Estado de Yaracuy. En 1986 cuando estuve en Venezuela supe que alguien había quitado el nombre de Francisco Amelinckx y lo habían remplazado por otro ¿?

Frans falleció durante una operación por falla del corazón lo cual fue muy lamentable.


El viaje a Venezuela


Conseguir visa de transeúnte en Amberes no fue problema ya que no exigían el odiado certificado de civismo.

Conseguir pasaje por avión o por barco sí era problema. Todos los pasajes por avión habían sido vendidos ya con hasta un año de anticipación, ya que solamente los aviones cruzaban el océano y no existían ya los dirigibles.  Por barco también había poca posibilidad, porque estábamos en el año 1948 y la escasez de barcos comerciales se debía a la actividad que habían desplegado los submarinos alemanes durante la guerra.  Sin embargo una agencia de viajes de Amberes hábilmente nos consiguió cupo en un reducido barco portugués de bandera panameña, que zarpaba de Bordeaux  vía las Islas Azores hacia la Guaira, donde nos esperaría León en el muelle.

De Alosto salimos José y yo en tren hasta Bruselas, allí pasamos al expreso internacional Bruselas – París . Visitamos París de paso y naturalmente subimos a la Torre Eiffel, por la noche tomamos el expreso París-Bordeaux  y al día siguiente ya estábamos en el barco.


Los primeros días de viaje por mar fueron infernales, porque había tempestad y en otoño el mar en esta zona siempre es muy movido, aún sin tempestad. De los 150 pasajeros de primera clase había solamente unos 15 que resistían el mareo, todos los demás estaban mal.  José y yo resistimos y nunca faltamos en las comida en el comedor, que en esos días estaba desierto.  El barco se movía como un potro salvaje y a veces la hélice se salía del agua para después de unos segundos hundirse en el agua espumante, y entonces resultaba necesario poner la máquina a media marcha o hasta pararla para evitar  golpes bruscos y peligrosos para la estabilidad del eje de la hélice. Pero aún así avanzamos y el octavo día, de repente, el mar se puso tranquilo como si fuera un espejo, y entramos en Ponta Delgada en las Islas Azores de allí hasta Venezuela pusimos otros ocho días en un mar sereno y quieto como una laguna. Cuando entramos en la zona del Caribe nos enseñaron las luces de los “relámpagos de Maracaibo”. En realidad eran los “fuegos del Catatumbo”, donde más adelante viví unos cinco años.


Tocar tierra en el puerto de la Guaira no fue posible porque la guarnición de la Guaira se había alzado contra el gobierno y no se permitía la entrada de ningún barco. Por eso nuestro barco siguió unos 150 kms., más adelante y atracó sin contratiempos en Puerto Cabello,  Desembarcamos, pasamos inmigración  y aduana y estábamos en Puerto Cabello, sin la ayuda prometida porque León mientras tanto había tratado de ir hasta la Guaira, pero no lo había logrado porque ya corrían balas por ahí y nadie le dio razón respecto al barco en que viajamos.

Como eran ya las 13 horas pensamos alojarnos en un hotel y viajar a Caracas el día siguiente, temprano ya que el viaje por tierra a Caracas tomaba unas ocho horas. El único hotel en Puerto Cabello si tenía cuartos disponibles pero sin camas, porque la gente que se alojaba traía su propia hamaca.! En ese mismo momento pasó un ómnibus que iba a Caracas y nos embarcamos en el acto y efectivamente el ómnibus llegó a Caracas a las 22 horas. Llegando a Caracas fuimos a buscar la casa de León sin ningún resultado, porque la dirección era un poco complicada y buscarla de noche en una avenida de varias cuadras resultó estéril . Fuimos a dormir a un hotel con camas y al día siguiente encontramos la dirección de León :”Quinta Flamenca” en la avenida San Bernardino. Entonces conocimos a León ya que en Bélgica no lo habíamos visto y también a Isabel y su larga familia, la casa de León era grande pero estaba muy habitada.


Resulta que José y yo habíamos salido de Europa para evitar situaciones derivadas de guerra y ahora en Sud-América al llegar nos encontramos con una revolución en marcha!.

En los primeros días de nuestra estadía en Venezuela acostumbrábamos a reconocer diariamente la ciudad de Caracas. Un día pasando delante el palacio presidencial de Miraflores vimos una veintena de tanques y carros de combate alienados delante del palacio. Al llegar a la casa nos enteramos por la radio que en el mismo momento que habíamos pasado por allí, la división blindada había arrestado a todos los ministros que allí se encontraban y se había puesto todo el país bajo mando militar.


José y yo practicábamos el idioma castellano lo más posible; con León naturalmente hablábamos en flamenco, mientras que su esposa insistía en que habláramos español con él pero León prefería hablar en flamenco.


Los primeros años en Venezuela - Jose


Nos que demos en casa de León unos tres meses, al cabo de ese tiempo sentíamos que podíamos defendernos, en esos meses habíamos hecho prácticas con los teodolitos y niveles que León tenía ya que él había sido contratista trazando carreteras. Entonces hacíamos prácticas  con esos instrumentos  y replanteábamos los ejes de los muros de las casas que estaba construyendo. Por entonces ya teníamos algo de práctica y José fue a buscar trabajo visitando las empresas constructoras y petroleras en Caracas al poco tiempo encontró trabajo en la United Geophysical Corp., y partió para el interior.


Yo también quería ir a buscar trabajo pero León me pidió que me quedara todavía con él. Mientras tanto la empresa donde trabajaba José descontinuó los trabajos de exploración y él tuvo que volver a buscar trabajo y lo consiguió en una empresa constructora de carreteras, trabajó ahí algunos meses y luego se pasó a otra empresa de un americano que realizaba perforaciones de exploración del subsuelo para verificar si servía para fundaciones de estribos de puentes, represas etc., Allí José era topógrafo, dibujante, contador, chofer etc., todo a la vez. Después de trabajar un par de años la empresa se disolvió y José entró a trabajar en el Ministerio de Obras Públicas, estuvo trabajando en varios sitios y finalmente radicó en la zona de El Vigía, es decir en la zona donde yo estaba haciendo carreteras y aeropuertos. En esa época yo iba a visitarlo a veces a su campamento de noche y mayormente en su casa en Mesa Bolívar, un pueblo agradable a 1600 metros sobre el nivel del mar con clima fresco donde estaba la familia años después se mudaron al Ejido en Mérida donde todavía residen.


Años antes yo había perdido contacto con José porque yo trabajaba en el interior y no tenía dirección fija y restablecimos contacto cuando el vivía en Valera, Estado de Trujillo ahí conocí a Rolando y Ignacio que recién caminaba era muy cariñosos y me emocionó mucho Ignacio porque con sus grandes ojos azules se parecía muchísimo a mi mamá . Después de mi partida a Perú nació Marlene. Durante la época de Pérez Jiménez , José se vio obligado a enviar a la familia a Bélgica porque habían muchos disturbios y había gran malestar político, él se quedó trabajando en Venezuela y finalmente cuando fue derrocado Pérez Jiménez la familia retornó de Bélgica.
 
Mis primeros años en Venezuela


En marzo de 1949 José se fue a trabajar, mientras tanto yo me quedé en la casa de León ayudándolo en sus construcciones y también un poco en la exploración geofísica con un aparato que media la resistividad del suelo, para así determinar la profundidad de la napa freatica del agua del subsuelo. Hice también el proyecto para una ladrillera. Conocí al ingeniero Gerry  Hamelynck , holandés amigo de León que había construido grandes puentes sobre el río Apure en el llano . Sus puentes habían resultado muy buenos pero el río mientras tanto había cambiado de curso de manera que un par de años después de terminados los puentes se quedaron prácticamente sin uso.


Cuando ya no tenía que ayudar a León porque la construcción de casas se acabó me mude a la casa de Frans, conseguí trabajo en una empresa francesa en la que trabajé tres meses en Caracas haciendo cálculos de movimientos de tierra y dos semanas en Sabana Mendoza, Estado de Trujillo, haciendo metrados en los trabajos de contrata. Regresé luego a Caracas y después de buscar un par semanas trabajo buscando compañías constructoras conseguí empleo en la empresa Ruta donde me quedé trabajando durante 4 años en la zona de Santa Bárbara de Zulia, entre El Vigía y el río Catatumbo en el Estado de Zulia, haciendo un total de 150 klm., de carreteras  dos aeropuertos y numerosos puentes y otros trabajos.  Las carreteras atravesaban extensos pantanos y para construirlas empleábamos palas mecánicas equipadas con dragline, que caminaban sobre durmientes enormes de madera para repartir el peso de la máquina sobre el suelo fangoso y que efectuaban dos cortes en forma de canal cada uno, colocando el material excavado en forma de camellón entre los dos canales. Así el camellón se convertía mas adelante en la carretera misma, y los canales servían para drenaje del pantano.


Mi principal base era Santa Bárbara la que no tenía nada de santa pero sí de bárbara. El clima era húmedo y caluroso mínimo 30 grados y máximo 36 grados precipitaciones: 5000 mm, por año. La ciudad misma tenía unos 5,000 habitantes y dependían de la zona unos 20,000 más. Había mucha criminalidad: por lo menos un homicidio por mes, uno de mis amigos fue asesinado por uno de sus obreros porque lo había despedido. No se podía entrar en ningún café de noche por el peligro de recibir alguna puñalada de algún borracho, era gente muy peligrosa, yo mismo presencie la muerte de un hombre por otro que le disparó dos tiros de escopeta en el pecho a menos de 5 metros de distancia. Las armas que usaban eran mayormente revolver calibre 45 que usaban los hacendados, la gente común y corriente empleaba puñal y los goajiros, llamados “chinitos” usaban el machete.


Las enemistades terminaban invariablemente con la muerte o la desaparición de uno de los contrincantes.    Un caso bastante fuerte fue el de un hacendado que tenía un enemigo comerciante que vivía en la ciudad, el hacendado mandó a su hijito de 6 años a comprar en la tienda y cuando el comerciante le iba a dar el vuelto del dinero el hacendado disparó y lo mató diciendo que pretendía sacar un revolver para matar a su hijito, increíble!.  El mismo hacendado quería comprarle una haciendita de 40 hectáreas a su vecino un “chinito” pero el hombre no quería vender, resultado: el “chinito” desapareció sin dejar rastro el hacendado le dio la plata a la mujer y se quedó con ella y la hacienda.


La elevada criminalidad de la población en la zona de Santa Bárbara en esa época se explicaba por la situación geográfica, cualquier delincuente que en Maracaibo quería escapar de la policía , se conseguía un pasaje hacia la zona de Santa Bárbara, de donde diariamente salían embarcaciones de centenares de toneladas de plátanos hacia Maracaibo, En vez de desembarcar en Santa Bárbara mismo lo hacían en cualquier otro sitio donde no hubiera policía y se metían al monte formaban familia y vivían en algún “conuco”, lamentablemente los instintos criminales no desaparecían. La moralidad de la gente era bastante relajada por decir lo menos.


Mi sueldo en la empresa era bastante bueno ganaba más que un ingeniero en USA , el doble que un ingeniero en Bélgica. Además tenía libre: casa, comida y movilidad. El trabajo en cambio era bastante duro: un calor infernalmente húmedo por los pantanos de la zona, bastante peligro de culebras, tarántulas, hongos en la piel, paludismo cerebral, fiebre amarilla, etc.

Yo tuve paludismo pero felizmente del tipo Vivax , una variedad benigna, y muchos parásitos que dañaron mi sistema digestivo.


Trabajé así durante 4 años en la empresa Ruta, el dueño era Isaac Pérez Alfonso, hermano de Pablo Pérez Alfonso, conocido como el padre de la OPEP. Luego la empresa fue vendida a Carlos Peña Uslar. Al final de los 4 años se redujo mucho la actividad de la empresa y me liquidaron, en el acto fui contratado como inspector del Ministerio de Obras Públicas para fiscalizar los trabajos de otras empresas en la zona cercana entre El Vigía y La Azulita, Estado de Mérida.


El M.O.P., giraba puntualmente mi sueldo pero el encargado de abonarlo no lo hacía al igual que los de los otros ingenieros, usaba ese dinero para invertirlo en su hacienda. Finalmente renuncié cuando me debían 3 meses, era un buen capital por lo que dejé encargado para que me lo cobraran y decidí viajar al Perú. Posteriormente supe que cuando intentaron cobrar amenazó al encargado por lo que desistimos de la cobranza.


Desde el año 1952 había decidido hacer un viaje de exploración al Perú, porque me habían dado muy buenas referencias tanto por el desarrollo de su minería como por la cultura y amabilidad de su gente.


Yo había permanecido soltero durante los 6 años que estuve en Venezuela por diversos motivos : el trabajo, la lejanía de lugares civilizados y francamente porque en esa época había cierta hostilidad respecto a los extranjeros.


A Frans no le gustó la idea de mi viaje al Perú, porque “… en Venezuela por lo menos hay dinero..” y esto era verdad, pero él ya estaba casado y no tenía curiosidad por conocer otros países y menos aún si se trataba de países con menores ingresos.